Continuamos, como os habíamos prometidos en post anterior, con las historias del Teleclub.
La primera televisión la trajo el cura párroco de Arbeteta Don Benjamin entre 1967 y 1968. No tenemos documentos que lo acrediten pero si historias que contaros en esas fechas.
En 1968 vieron ganar a Massiel Eurovisión. Y aquí no podemos dejar de relatar una anécdota que nos han contado de «El Donato», apellidado Martínez López. Era un personaje pintoresco, un verso suelto. Había sido pastor, poeta y titiritero, este hombre cuando fue cumpliendo años, iba de pueblo en pueblo con un carnero amaestrado, para sacarse unas pesetas, porque carecía de ingresos. Mucha gente del pueblo le ayudaba, además era un cazador excelente. Contaban que tenía una olla, la famosa «olla del Donato» y allí metía todos los animales que cazaba sin distinción. Podían ser conejos, liebres, grajos, etc. El dicho de «ave que vuela a la cazuela «, nuestro protagonista lo seguía a raja tabla. Era un hombre amable y siempre que tenía ocasión ofrecía que probasen sus guisos, aunque la gente casi nunca los probaba, porque les daba un poco de asco.

Volviendo a la historia que nos ocupa, ese 6 de abril de 1968 estaban todo el pueblo en el Teleclub, viendo Eurovisión y la representante de España era Massiel y el tema La, La, La.
Lo cierto es que Massiel no era la elegida para representar a España en la edición de 1968. A tan solo unos días de celebrar el Festival, el por aquel entonces encargado de interpretar la canción, Joan Manuel Serrat, propuso cantar «La la la» en catalán. Ante la negativa de Televisión Española, el cantante abandonó el barco aun habiendo hecho la promoción por Europa y en un tiempo récord tuvieron que encontrar una sustituta. Aquí entra en juego Massiel. Abandonó su gira en México y en solo una semana aprendió, grabó y promocionó la canción. El cambio y esfuerzo merecieron la pena, pues Massiel llevó a España al primer puesto, obteniendo así el reconocimiento de ser la primera cantante de nuestro país en ganar el Festival de Eurovisión.
Cuando estaban todos reunidos en el Teleclub fue «El Donato» quien apostó que iba a ganar Masiel, se enamoró de ella nada más oírla cantar. Parece ser que escribió una carta con unas poesías que envió a TVE, aunque no sabemos si la escribió él o se la escribieron, ya que era un hombre un poco ignorante y bastante inocente. Algunos vecinos del pueblo para seguirle el juego, le gastaron una broma y le mandaron una carta en nombre de Masiel, contestando a la suya, con una foto de ella firmada y un anillo. Lo iba contando a todo el mundo y enseñando el anillo y la carta.
También dicen que en las Navidades de 1969 fue todo un acontecimiento ver cantar a Rafael. » El tamborilero».
El 21 de julio de 1969, vieron en el Teleclub como el astronauta Neil Armstrong ponía un pie en la luna, no importaba que la calidad de las imágenes dejasen mucho que desear y que el sonido fuera bastante deficiente, estaban ante la retrasmisión de uno de los acontecimientos más importante de la historia. Para la mayoría de la gente era algo impensable que el hombre pudiese ir al espacio, se veía como ciencia ficción. La gente mayor no terminó de creerlo, pensado que era un montaje como el de las películas que veían los sábados. Nos han contado que fue realmente emocionante
Una vez se estropeo la tele y Rafael Costero Costero fue a Madrid para arreglarla. Así fue aguantando hasta que se estropeó del todo y ya no la repararon más. Por aquel entonces la gente había comprado televisores y veían la televisión en sus casas, ya habían pasado unos años, así que el Teleclub quedó para que los chicos y chicas hiciesen guateques y juegos de la época (las prendas, calabacitas en flor, etc…). Era Leandro Alonso Flores uno de los encargados de llevar el tocadiscos y los discos, para hacer los guateques. Al principio se lo llevaba a su casa, pero después de un tiempo y por comodidad lo dejaba en el local del Teleclub.
Estamos ya a finales de los año 70 y cada vez quedaban menos gente joven en el pueblo, el local a pesar de no tener tele, lo utilizaban para fumar y comer pipas, seguía siendo un lugar de reunión para los jóvenes Solo había ambiente en las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano.
El Teleclub se disolvió a finales de 1979 y se crearon las peñas. Ocurrió igual en toda España. En 1980 se obligó a cerrar, mediante orden ministerial de 29 de mayo. Todos los Teleclubs que estaban aún abiertos y quisieron continuar, tuvieron que transformarse en Centros Culturales. Así fueron clausurándose y se reutilizaron para otros fines, creándose las Asociaciones Culturales.
Fue una época mala para nuestro pueblo, el único bar que había era el de Telesfora Blasco «La Florilla» y también lo cerró. Era una persona muy mayor y sus hijas vivían en Madrid. Arbeteta estuvo dos años sin bar y las peñas solo se abrían para las fiestas. Fue cuando Leandro y Santos Alonso Flores abrieron el bar de la calle Real, pero quien realmente lo llevaba era su madre Melitona Flores Sancho. Este bar estuvo abierto hasta que se creo la Asociación Cultural Amigos de Arbeteta, en 1985.
Pero esa es ya otra historia……………………
Pd: Las anécdotas que hemos contado en este post han sido gracias a la colaboración de Mariano y Pablo Costero, Leandro Alonso, Pablo Cortés , Rafael y Juan Carlos Costero.























































































