LA INQUISICIÓN: EL LIBRO PROHIBIDO (2ª PARTE)

Continuamos en esta segunda y última parte de la inquisición , con el desenlace de la denuncia a Baltasar Carrillo por tenencia de libro prohibido:

Recibida la última carta del delator, el Inquisidor Valles, ordena: “Remítanse estas tres cartas al Comisario de Sigüenza para su reconocimiento.” La Inquisición, cuando iniciaba un proceso, se mantenía diligente y activa a través de sus mecanismos institucionales y religiosos.

Escudo de la inquisición

El Secretario D. Ignacio Rodríguez Fonseca escribe, el 16 de abril de 1819, a D. Julián Herranz Martínez, Presbítero, Comisario y Calificador del Santo Oficio de la Inquisición en Sigüenza y su Obispado, enviándole las tres cartas, encomendándole que proceda con arreglo a la instrucción y exprese si otras personas son sabedoras de que Baltasar Carrillo tiene en su poder la Filosofía de J.J. Rousseau.

El 29 de abril de 1819, D. Antonio Serrano, el delator, fue citado y compareció ante D. Julián Herranz Martínez. Dijo ser de 44 años de edad. Prestó juramento, y dijo que suponía había sido llamado por las tres cartas sobre un libro prohibido de Rousseau en francés, que vio sobre una mesa en la casa de D. Baltasar Carrillo. Reconoció sus tres cartas cuando le fueron mostradas, las leyó y confirmó lo que decían. Esta diligencia se envía al Tribunal de Cuenca, donde llega el 6 de mayo. El inquisidor, D. Miguel de Villar y Solera, decreta, el 7 de mayo, que se libre comisión a D. Félix Palafox, Vicario Eclesiástico de Atienza y su partido, para que pase a casa de D. Baltasar Carrillo y recoja el libro, le tome juramento de decir verdad, y recoja los libros y papeles que considere prohibidos o sospechosos y los tenga en su poder hasta que decida el Tribunal. Los resultados de la comisión los enviará cerrados y sellados al Tribunal del Santo Oficio de Cuenca.

El día 14 de mayo fue recibida la comisión por D. Félix Palafox, que prestó juramento y se comprometió a cumplirla cuando regresase D. Baltasar Carrillo, que se había ausentado unos días de Atienza: “Certifico, yo el infrascripto, Vicario Eclesiástico de esta Villa de Atienza y su Partido, que por el correo ordinario de ella, y en este día de la fecha, he recibido esta comisión, juro según mi estado y con la mano en el pecho, guardar fidelidad y secreto sobre lo contenido en ella, y practicar cuantas diligencias me ordena el Santo Tribunal de la Inquisición, luego que D. Baltasar Carrillo se restituya a esta, de la que se halla ausente por pocos días. Y para que conste, lo firmo en Atienza, y junio 14 de 1819. D. Félix Palafox.”

Pasaron pocos días, el 21 de junio tiene noticias de que D. Baltasar ha regresado:

“Habiéndose verificado el regreso a ésta de D. Baltasar Carrillo con noticia que tuve de ello, al instante me presenté en su casa, y habiéndole indicado, que teníamos necesidad de tratar un negocio en secreto, inmediatamente nos retiramos al gabinete de una de sus habitaciones, en donde prestó el juramento de decir verdad y guardar secreto, que hizo a Dios y a una señal de la Cruz. Y manifestándole el objeto de mi comisión, dijo que no tenía obra alguna de Rousseau, y sólo una refutación a un discurso de este autor,  que presentó, y es el premiado en la academia de Dijon, en el año 1750, la refutación de M, Gautier, que tomó en Madrid, en una librería de viejo, cuyo libro, que es el tomo 25 contiene otras observaciones y decretos contra el expresado Rousseau, y que por alguno poco instruido, guiado por el nombre del autor, ha hecho la delación, me entregó dicho libro o tomo, asegurando no tener otro alguno, y firmó también estas diligencias, en Atienza y junio 21 de 1819. D. Félix Palafox. Baltasar Carrillo Manrique.”

Casa Baltasar Carrillo. Atienza. Guadalajara

D. Félix Palafox remite las diligencias al Tribunal de la Inquisición, indicando que quedaba en su poder el libro en francés, a disposición de dicho Tribunal, que las recibe el 28 de junio de 1819, ordena que se unan a los antecedentes y se escriba para que se remita “el tomo 25 de la refutación de M. Gautier al Sr D. Julián Herranz Martínez, Calificador de este Santo Oficio en la Ciudad de Sigüenza.

El secretario Rodríguez de Fonseca escribe el día 30 de junio de 1819 a D. Félix Palafox “este Santo Tribunal me ordena decirle que cuando se le presente ocasión oportuna, remita el tomo 25 de la refutación de M. Gautier al Sr D. Julián Herranz Martínez, Calificador de este Santo Oficio en la Ciudad de Sigüenza”. El 10 de julio contesta D. Félix Palafox que lo practicará con brevedad en la primera ocasión que se le presente, como así hizo.

Recibido el libro, D. Julián Herranz, lo examina con detenimiento, y el 10 de agosto informa detalladamente al Tribunal de la Santa Inquisición de Cuenca:

“Ilmo. Señor:

He leído con toda reflexión y cuidado el tomo 25 escrito en francés, impreso en 8º en Génova[1] año de 1782, cuyo título por de fuera dice Obras de Rousseau, y por dentro Suplemento a la colección de las obras de Rousseau, y he visto con admiración y sorpresa que no hay en el citado tomo ni una página del autor a que da título, de cuyo nombre se han valido, sin duda, los impresores de las Obras de Rousseau más voluminosa, y venderla con más utilidad. Dicho tomo se compone de cinco discursos y la doctrina contenida en ellos, lejos de ser de las ideas paradójicas y exaltadas de Rousseau, se reduce a refutarle, señaladamente en la opinión contra las ciencias y las letras, desempeñándolo con la mayor elocuencia y energía.

El 1º discurso del referido tercero es de Mr. Le Roi, catedrático de Retórica y está bien escrito, respirando frecuentemente sentimientos religiosos y católicos.

El 2º es de M. Gautier cuya sabiduría y celo religioso es muy conocida en la república literaria, y es un discurso de mucho mérito.

El 3º es de Mr. Cat, que, aunque no es tan elegante, es igualmente sólido y nada tiene de pernicioso.

El 4º es del Duque de Lorena, muy agradable, conforme y adicto a las máximas de religión.

El 5º y último es de Mr. Borde, el cual es una pieza maestra, muy digna de leerse y tenerse en memoria.

Después de estos discursos hay una orden del Parlamento de París prohibiendo el Emilio de Rousseau, y últimamente una circular del Arzobispo de París sobre el mismo objeto de prohibir el citado Emilio, y se concluye el tomo diciendo fin del primer volumen. Cuyos escritos y discursos no solo no los considero perjudiciales ni hay en ellos doctrina alguna perniciosa, sino que son dignos de tenerse por cualquiera hombre literato. Yo sólo quitaría el rótulo que falsamente lleva y nada tiene que ver con la obra, y evitando de esta suerte el escándalo que lleva consigo el nombre de Rousseau entre los católicos puede leerse y retenerse dicho libro sin necesidad de licencia.

Firma de Baltasar Carrillo y Félix Palafox

Así lo siento S. Ilmo., y en cumplimiento del encargo de V.S.I. sobre este particular, pongo este mi dictamen, salvo meliori, en la superior penetración y consideración de V.S.I. para los fines que convenga.

Dios Nuestro Señor guarde a V.S.I. muchos años. Sigüenza y agosto 10 de 1819.”

Fue recibido este informe por el Tribunal de la Inquisición de Cuenca el 17 de agosto de 1819, que ordena: “Escríbasele que tildando el título del libro se lo devuelva a su dueño.”, poniendo: Finado.

Pasan pocos meses y el 9 de marzo de 1820, el rey promulgaba el decreto de supresión de la Inquisición y del Consejo de la Suprema Inquisición que la gobernaba, pasándose a la jurisdicción de los obispos las causas de herejía.


[1] Comete un error en la traducción: Genève no en Génova, sino Ginebra.

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LA INQUISICIÓN: EL LIBRO PROHIBIDO(1ª PARTE)

En este nuevo post traemos a los lectores un expediente del Tribunal de la Inquisición de Cuenca[1]. Hemos de decir que la jurisdicción de este Tribunal de Cuenca alcanzaba el Obispado de Cuenca, el Obispado de Sigüenza, y el Priorato de Uclés.

Fueron varios los viajes que tuve que realizar a Cuenca. En el Archivo Diocesano siempre estuvo durante las largas horas de investigación D. Marcelino Angulo, archivero, mostrándome lo que le pedía, e indicándome lo que desconocía, siempre con amabilidad. El COVID se lo llevó, descanse en paz.

Hoy Arbeteta pertenece a la diócesis de Sigüenza, pero hasta el 1 de octubre de 1955 perteneció a la diócesis de Cuenca. Los pueblos de Atienza y Campisábalos siempre han pertenecido al Obispado de Sigüenza, estando dentro de la jurisdicción del Tribunal de la Inquisición de Cuenca.

Hemos examinado varios expedientes de la Inquisición en Arbeteta. Éste, aunque no tiene lugar en Arbeteta, lo protagoniza un importante personaje nacido en Arbeteta. Como periódicamente ha aparecido y aparecerá el nombre de Baltasar Carrillo en este blog, creemos oportuno aclarar futuras confusiones, que con este nombre aparecen un padre y un hijo. El padre será D. Baltasar Antonio Carrillo Sicilia (1732-1805), del que ya hemos tratado en este blog. Era natural y vecino de Arbeteta, en cuya iglesia está enterrado, junto con su mujer Dª Brígida Lozano Manrique. Era familiar del Santo Oficio de la Inquisición.

Escudo de familiar del Santo Oficio. Arbeteta

El hijo de ambos, D. Baltasar Mariano Carrillo Lozano Sicilia Manrique (1770–1846). Aunque nace en Arbeteta, en su juventud se traslada a Atienza y Campisábalos, y con el tiempo se irá quitando apellidos. Primero el Sicilia, que no tiene privilegio de hidalguía, más tarde el Lozano, para quedarse en la Guerra de la Independencia, y hasta el final de sus días, como D. Baltasar Carrillo Manrique. Sale de Arbeteta en 1783 para ingresar en el elitista Seminario de Nobles de Madrid. En él aprenderá el francés, que tanto le servirá en el futuro. Es el protagonista de este expediente,

Casa natal de Baltasar Carrillo. Arbeteta

A Baltasar lo encontramos a la sombra de su tío D. Juan Antonio Lozano Manrique, propietario de una cabaña ganadera de lanar trashumante de varios miles de cabezas. Reside en Campisábalos, de donde es Procurador Síndico General en 1790 y Alcalde por el Estado Noble en 1792. En 1796 sucede a su tío en el cargo de Regidor Perpetuo de Atienza, por lo que establece su residencia en Atienza.

Casa de Baltasar Carrillo. Campisábalos (Guadalajara)

D. Baltasar se casa con su prima carnal Francisca de Torres y Lozano, hija de Ana Lozano Manrique, por lo que heredan toda la hacienda del tío de ambos, Juan Antonio Lozano Manrique, que había testado en 1789, y fallecido en 1796. En este testamento (revista digital Atienza de los Juglares, nº79, de febrero de 2016) encontramos de testigo a Félix Palafox, personaje importante en este expediente, como veremos, y muy ligado a la familia.

Antes de la Guerra de la Independencia es ya un importante ganadero de la Mesta, con una cabaña trashumante de miles de cabezas de ganado lanar, que pastan en La Serena y en el valle de Alcudia en sus pastos de invierno, y con agostaderos en las sierras de Campisábalos y Atienza.

Durante la Guerra de la Independencia es uno de los tres vocales (1809-1811) que ponen en marcha la Junta Superior de Gobierno, Armamento y Defensa de Guadalajara, siendo el responsable de que Juan Martín Díez, El Empecinado, venga a la provincia de Guadalajara a desarrollar en ella la lucha contra los franceses. En Atienza lo encontramos como Alcalde Constitucional en 1813. Ese año es elegido Vocal de la Diputación Provincial de Guadalajara, que se constituye y empieza a funcionar ese año. Pese a las grandes pérdidas en su cabaña ganadera durante la guerra, la va recuperando en pocos años. En 1816 es nombrado Caballero de la Real Orden de Carlos III.

Antes de entrar en el expediente diremos que el Índex librorum prohibitorum (índice de libros prohibidos) fue una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia catalogó como heréticas, inmorales o perniciosas para la fe, y que los católicos no estaban autorizados a leer. Las obras de Rousseau estaban entre ellos.

DELACIÓN:

El 10 de octubre de 1818, D. Antonio Serrano, cura párroco de la iglesia de la Trinidad de Atienza, escribe desde Atienza a D. Ignacio Rodríguez Fonseca, Jefe Político de Cuenca, y Secretario del Santo Oficio:

“Para calmar la inquietud de mi conciencia y proceder con seguridad en materias tan delicadas como las que corresponden al Santo Tribunal de la Inquisición, y para guardar el sigilo que corresponde, y que podría violarse consultando con otro sujeto, me ha parecido lo mejor el preguntar a Vm. si debe delatarse al Santo Tribunal cierto sujeto que tiene en su poder un libro o tal vez una obra intitulada Filosofía de J.J. Rousseau. Espero tenga Vm. la bondad de contestarme, y para que por ahora no pueda infundir sospechas en los correos del asunto de Inquisición el contenido en la respuesta de Vm. Puede Vm. Poner en ella como un particular, sin poner en el sobrecito sello ni otra cualquiera cosa que lo pueda insinuar, que en el caso de que diga Vm. Que es delatable, y hayamos de seguir algunas contestaciones, yo avisaré el sujeto y pueblo donde las ha de remitir, pues por ahora basta que me escriba Vm. (aunque sin sello, como dejo dicho), según el nombre de la firma y al pueblo que dice la fecha, añadiendo para su dirección Por Sigüenza. Dios guarde a Vm. muchos años”.

El 26 de marzo de 1819, Antonio Serrano envía una segunda carta al Santo Oficio de la Inquisición de Cuenca:

“Señor: para cumplir con las santas y sabias órdenes de tan Santo Tribunal, pongo en noticia de V, que D. Baltasar Carrillo, vecino y Regidor Perpetuo de la Villa de Atienza, en el Obispado de Sigüenza, tiene la obra intitulada Filosofía de J.J. Rousseau, para que con el sigilo que es propio de tan venerable Tribunal, practique las diligencias que acostumbra en semejantes casos y sigilo, la gravedad de la materia. Dios Nuestro Señor…”

Escudo de familiar del Santo Oficio. Arbeteta

Como no aparece en la anterior carta el lugar en que se escribe, ni la autoría de la carta, en la que sólo pone sus iniciales, el 7 de abril, Antonio Serrano envía una tercera carta al Santo Oficio de la Inquisición de Cuenca:

Señor: habiendo recibido una carta de D. Ignacio Rodríguez de Fonseca para que exprese o dé razón del pueblo de mi residencia, y de mi nombre, debo decir que resido en la Villa de Atienza, obispado de Sigüenza, y mi nombre es D. Antonio Serrano. El Señor conserve tan Santo Tribunal, tan necesario para la pureza de la fe y la doctrina”.

(Continuará…)


[1]  Archivo Diocesano de Cuenca: ADC, Leg 777, ex. 2083

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EL TELECLUB II

Continuamos, como os habíamos prometidos en post anterior, con las historias del Teleclub.

La primera televisión la trajo el cura párroco de Arbeteta Don Benjamin entre 1967 y 1968. No tenemos documentos que lo acrediten pero si historias que contaros en esas fechas.

En 1968 vieron ganar a Massiel Eurovisión. Y aquí no podemos dejar de relatar una anécdota que nos han contado de «El Donato», apellidado Martínez López. Era un personaje pintoresco, un verso suelto. Había sido pastor, poeta y titiritero, este hombre cuando fue cumpliendo años, iba de pueblo en pueblo con un carnero amaestrado, para sacarse unas pesetas, porque carecía de ingresos. Mucha gente del pueblo le ayudaba, además era un cazador excelente. Contaban que tenía una olla, la famosa «olla del Donato» y allí metía todos los animales que cazaba sin distinción. Podían ser conejos, liebres, grajos, etc. El dicho de «ave que vuela a la cazuela «, nuestro protagonista lo seguía a raja tabla. Era un hombre amable y siempre que tenía ocasión ofrecía que probasen sus guisos, aunque la gente casi nunca los probaba, porque les daba un poco de asco.

Volviendo a la historia que nos ocupa, ese 6 de abril de 1968 estaban todo el pueblo en el Teleclub, viendo Eurovisión y la representante de España era Massiel y el tema La, La, La.

Lo cierto es que Massiel no era la elegida para representar a España en la edición de 1968. A tan solo unos días de celebrar el Festival, el por aquel entonces encargado de interpretar la canción, Joan Manuel Serrat, propuso cantar «La la la» en catalán. Ante la negativa de Televisión Española, el cantante abandonó el barco aun habiendo hecho la promoción por Europa y en un tiempo récord tuvieron que encontrar una sustituta. Aquí entra en juego Massiel. Abandonó su gira en México y en solo una semana aprendió, grabó y promocionó la canción. El cambio y esfuerzo merecieron la pena, pues Massiel llevó a España al primer puesto, obteniendo así el reconocimiento de ser la primera cantante de nuestro país en ganar el Festival de Eurovisión.

Cuando estaban todos reunidos en el Teleclub fue «El Donato» quien apostó que iba a ganar Masiel, se enamoró de ella nada más oírla cantar. Parece ser que escribió una carta con unas poesías que envió a TVE, aunque no sabemos si la escribió él o se la escribieron, ya que era un hombre un poco ignorante y bastante inocente. Algunos vecinos del pueblo para seguirle el juego, le gastaron una broma y le mandaron una carta en nombre de Masiel, contestando a la suya, con una foto de ella firmada y un anillo. Lo iba contando a todo el mundo y enseñando el anillo y la carta.

También dicen que en las Navidades de 1969 fue todo un acontecimiento ver cantar a Rafael. » El tamborilero».

Especial Nochebuena. Rafael. 1969

Una vez se estropeo la tele y Rafael Costero Costero fue a Madrid para arreglarla. Así fue aguantando hasta que se estropeó del todo y ya no la repararon más. Por aquel entonces la gente había comprado televisores y veían la televisión en sus casas, ya habían pasado unos años, así que el Teleclub quedó para que los chicos y chicas hiciesen guateques y juegos de la época (las prendas, calabacitas en flor, etc…). Era Leandro Alonso Flores uno de los encargados de llevar el tocadiscos y los discos, para hacer los guateques. Al principio se lo llevaba a su casa, pero después de un tiempo y por comodidad lo dejaba en el local del Teleclub.

Estamos ya a finales de los año 70 y cada vez quedaban menos gente joven en el pueblo, el local a pesar de no tener tele, lo utilizaban para fumar y comer pipas, seguía siendo un lugar de reunión para los jóvenes Solo había ambiente en las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano.

El Teleclub se disolvió a finales de 1979 y se crearon las peñas. Ocurrió igual en toda España. En 1980 se obligó a cerrar, mediante orden ministerial de 29 de mayo, todos los Teleclubs que estaban aún abiertos o bien, permanecer previa transformación en Centros Culturales. Así fueron clausurándose y se reutilizaron para otros fines, creándose las Asociaciones Culturales. 

Fue una época mala para nuestro pueblo, el único bar que había era el de Telesfora Blasco «La Florilla» y también lo cerró. Era una persona muy mayor y sus hijas vivían en Madrid.  

Arbeteta estuvo dos años sin bar y las peñas solo se abrían para las fiestas. Fue cuando Leandro y Santos Alonso Flores abrieron el bar de la calle Real, pero quien realmente lo llevaba era su madre Melitona Flores Sancho. Este bar estuvo abierto hasta que se creo la Asociación Cultural Amigos de Arbeteta, en 1985.

Pero esa es ya otra historia……………………

Pd: Las anécdotas que hemos contado en este post han sido gracias a la colaboración de Mariano y Pablo Costero, Leandro Alonso, Pablo Cortés , Rafael y Juan Carlos Costero.

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EL TELECLUB I

En este primer post de 2024 os vamos a contar cómo se crearon los Teleclubs en España y cómo llegamos a tener uno en Arbeteta.

A mediados del siglo XX, la llegada de la televisión ocasionó un cambio social en toda la humanidad. No era sólo un medio de información y entretenimiento a nivel familiar, era un medio de comunicación de masas, y, como tal su utilización ofrecía diferentes posibilidades en función del objetivo que se persiguiera. La televisión fue un extraordinario medio de propagación de ideas y de formación de opiniones, de ahí que todos los gobiernos quisieran tener su control. 

Se hicieron ensayos controlados del uso de la televisión y la organización de los Teleclubs, en países como Canadá, Francia, Japón y en la India, con la colaboración de la UNESCO. En España siguieron el modelo francés, se hizo a través de Ministerio de Información y Turismo que estaba al frente de su cartera D. Manuel Fraga Iribarne. En el consejo de ministros, celebrado el 27 de noviembre de 1964, informó de la puesta en marcha de una Red Nacional de Teleclubs, para hacer llegar al mundo rural los valores tradicionales con el invento del momento que era la televisión.

«Los Teleclubs aspiran a acostumbrar a las gentes sencillas a contemplar las maravillas que ofrecen las imágenes, al propio tiempo que descubren mundos lejanos e insospechados(…) El Ministerio lo va lograr mediante ayudas económicas y la entrega de un televisor, facilitando al Teleclub otros medios de difusión de la cultura: receptor de radio, pequeña biblioteca revistas (según sus palabras).

D. Manuel Fraga Iribarne quiere que todos los españoles puedan beneficiarse de este nuevo invento. Es intención del Ministerio que todos los valores culturales que posibilita la televisión puedan ponerse al alcance de todos, una autentica educación popular.

La Red Nacional de Teleclubs fue, inicialmente, el intento político de expansión de la televisión en el mundo rural. Pretendía estimular el estilo de vida de este sector de la sociedad española, enormemente perjudicado por las consecuencias de la emigración de su juventud a las grandes ciudades de España y del extranjero, sobre todo a Alemania, Suiza y Francia, en busca de mejores condiciones de vida.

Noticia en el ABC de la inauguración de los nuevos Teleclubs en España. 28 de noviembre de 1964

El primer Teleclub de la Red Nacional abrió sus puertas el 25 de noviembre de 1964 en Matilla de la Seca, provincia de Zamora. Todos los pueblos de Españas tuvieron su Teleclub, llegaron a crearse unos seis mil y, como era de esperar, Arbeteta no iba a ser la excepción.

Como vemos en el documento de abajo aparecemos con el número 1.243 y, creemos por los datos manejados y la información que nos han dado los vecinos, que la televisión se debió traer al Teleclub entre los años 1967 y 1968, aunque el local ya estaba utilizado con anterioridad para fines docentes.

Manuel Fraga Iribarne, inagurando un Teleclub. 1964

La iglesia, con los curas párrocos al frente, fueron la cabeza visible en la creación de estos centros y una excusa para poner la televisión gratis. En el caso de Arbeteta fue Don Benjamin, el cura que estaba en esos años en el pueblo, el encargado de poner en funcionamiento este proyecto. En el año 1964 había empezado haciendo una labor pedagógica, impartiendo clases a los chicos que no habían podido ir a la escuela, pastores que no sabían leer y escribir o chicos que iban retrasados en sus tareas.

También fue Don Benjamin el encargado de solicitar la televisión a la Delegación de Información y Turismo de la provincia y el encargado de ir a recogerla. En ese momento estaba de Alcalde de Arbeteta, Gregorio Herraíz Costero «el Moreno», aunque no sabemos la participación que tuvo en este proyecto porque no tenemos documentos que lo acrediten.

La otra televisión la trajeron años después y pertenecía a Vicente Alonso del Amo, que se la regalaron sus hijas, porque trabajaban en la Werner, empresa alemana de televisiones.

La primera televisión que hubo en Arbeteta, era de Benito Costero Martínez, «el tío gasolina», que se la trajo su hijo Saturnino que era sacerdote. El tío gasolina cobraba la entrada a una peseta, para ver las corridas de toros. La gente tenía que llevar su silla, no hacía ninguna excepción, aunque fuesen de su familia. Aquí vieron cómo era corneado Manuel Benitez el Cordobés, en mayo de 1964. 

El local donde estaba el Teleclub pertenecía al Ayuntamiento, anteriormente había sido la escuela de la chicas y mucho años atrás fue la cárcel. Vemos como ha ido evolucionando este edificio para terminar ahora siendo la casa rural de Arbeteta.

Casa rural de Arbeteta

El Teleclub es un espacio público (por eso los locales eran de los ayuntamientos) y abierto, un lugar de reunión para que todo el pueblo pudiera ir a ver la televisión. En esos años adquirir una televisión era un lujo al alcance de muy pocos. Allí acudían hombres, mujeres y niños, para compartir las veladas nocturnas con sus vecinos, esto se fue convirtiendo en un hábito, imágenes en blanco y negro retrasmitidas en dos canales, rostros que se hicieron familiares a todos. Los hombres podían fumar pero estaba prohibido beber, eran ellos los que se encargaban de barrer el local. También enviaban el diario Arriba, un periódico de la época.

En navidades se llenaba todos los días. La gente llevaba un brazado de leña y cada cual llevaba su asiento, aunque también había bancos corridos. A los niños no les dejaban ver las películas de dos rombos y los encargados de echarlos eran las personas mayores que estaban en ese momento. Vieron obras de teatro en el programa cultural «Estudio 1«, series como «Historias para no dormir« de Narciso Ibañez Serrador, pero sin duda la serie estrella fue «Crónicas de un pueblo». Cada semana esperaban a que llegase un episodio porque se sentían identificados con sus habitantes. Aunque, en honor a la verdad, era una serie un tanto edulcorada que nada tenía que ver con la realidad de los pueblos de la época.

Continuará…

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NAVIDAD 2023

La Adoración de los Magos. 1609- Pedro Pablo Rubens.
Museo del Prado

Que esta Navidad despierte la esperanza

de un mañana mejor y que todos los 

logros de este año sean solo las semillas para ser

plantadas y cosechadas con éxito en los años venideros. 

Desde villadearbeteta os deseamos

Feliz Navidad y un maravilloso año 2024

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CAMINO DE PRIEGO

“Si no te gusta, María,

el mayo que te han echado,

vete camino de Priego,

que te hagan uno de barro”.

Era el 30 de abril, y en Arbeteta se cantaba esta cancioncilla con los mayos. En ella ya se reflejaba la importancia de la cerámica de Priego, tan presente en la vida cotidiana de Arbeteta. No solamente era el barro de sus alfarerías, con sus pucheros, barreños, ollas, orzas, botijos y cántaros, sino también las tinajas, tinajillas y tinillos de sus tinajeros. Junto al barro, había otro sector importante para Arbeteta en Priego, era el textil, especialmente el lanero, del que iremos viendo algunos ejemplos más adelante.

Tinillo

En 1956, en los últimos años de su esplendor, se contabilizaban en Priego 26 alfarerías con 54 alfareros y el tinajero Liborio del Castillo. A ellos se unían en el sector del barro los hermanos tejeros Esteban Luna y Agapito Luna. Los alfareros pricenses hicieron que su trabajo fuese una seña de identidad de Priego.

Fuente de la plaza. Priego

ROMANCE AL ALFARERO DE PRIEGO 

«El Tío Maxi» (Maximino Carchenilla González)

“Hay una pieza señera
que yo quiero destacar
y es el Cántaro de Priego
con toques de identidad.

Espiguillas y caracoles,
decorados con almagre,
entre líneas onduladas,
 paralelas y espirales”.

La cerámica de Priego es fácilmente reconocible por su decoración circular concéntrica pintada con almagre, similar a la cerámica ibérica, especialmente los cántaros. Esta cerámica se realiza casi siempre sin vidriar, salvo los botijos de invierno, decorados con “gajos”.

Botijo verano
botijo invierno

Si, había botijos de verano y botijos de invierno, que todos hemos conocido: los de verano, blancos, que hacen que su superficie porosa funcione como la piel humana que deja salir el sudor para refrescarse; los de invierno eran vidriados, que al no transpirar como los de verano, conseguían que no se helara el agua. El botijo de verano, el blanco, mantenía el agua fresca y saludable que no provocaba dolor de garganta.

Los pucheros, ollas y orzas estaban vidriados por dentro para que no rezumasen. También estaba vidriado otro objeto que hemos conocido en Arbeteta, el calorífero. Esta pieza tenía forma de tonel con un tapón, que se llenaba de agua caliente y se introducía en la cama para y calentarla en las noches heladoras del invierno.

Calorífero

En Priego había numerosos vecinos a los que denominaban cargueros, que se dedicaban a vender las piezas sueltas por los pueblos de Cuenca y Guadalajara. Uno de estos cargueros era “el tío Miguel”, que semanalmente se presentaba en Arbeteta con su borriquillo y angarillas en los años 40 y 50. Traía variedad de género y los encargos de la semana anterior. Era un hombre “callado y formal” y algunas veces bajaba a Valtablado del Río. En estas ocasiones se quedaba a dormir en Arbeteta, en la posada de la tía Consolación.

En el viaje de Arbeteta a Priego se echaban ”7 horas sin dormirte”, según nos contaba Fabriciano ,por lo que se solía hacer la vuelta en el mismo día. Desde Arbeteta salía el camino por la peña de la Puerta, continuando por el camino del Recuenco hasta el Roble de la Cruz, y desde allí era todo carretera hasta Priego.

Los años 40 eran años de escasez y hambre. Pedro López estudiaba entonces en el seminario de Cuenca, y su padre, Mariano, entregaba todas las semanas un pan de 2 libras al “tío Miguel”, que lo llevaba a Priego y lo entregaba al conductor de “La Catalana”, el autobús que diariamente unía Priego con Cuenca. El pan llegaba a Cuenca, donde lo recogía “la tía Justina” (Justina Blanco, prima del tío Periquillo, Pedro Alonso Martínez, de Arbeteta) y se lo llevaba al seminario, donde Pedro lo recogía con la alegría que podemos imaginar.

La tía Justina, la de Cuenca, tenía un hermano en Priego, “el tío Pepe”, que vivía en la plaza, junto al Ayuntamiento, en la esquina de la calle que va a la iglesia. Era hombre bondadoso y hospitalario, en su casa tenían comida y cama muchos vecinos de Arbeteta cuando iban a Priego.

Antonio Costero, “el tío Guarranga” iba de Arbeteta a Priego antes de la guerra, y cargaba sus mulas con “cacharros” de barro. A la vuelta pasaba por Vindel, donde vendía parte de la mercancía. El resto los vendía en el portal de su casa en la calle Real, número 11, de Arbeteta.

Además de los viajes que van referidos, los vecinos de Arbeteta también iban a Priego los días de mercado y feria, donde llevaban sus excedentes y compraban al trueque otros productos necesarios. Todo ello nos hace ver la dureza de los tiempos y las penurias de los vecinos de Arbeteta, que no eran distintas de las de los vecinos de otros pueblos.

Días de mercado. Priego

Aprovechamos estas líneas para recomendar a los vecinos de Arbeteta que cuando visiten Priego vayan a ver el museo Etnográfico de Artes Populares y Costumbres, situado en la Casa Pareja. En él verán piezas de alfarería, lana, mimbre, gancheros, herramientas y utensilios, que les resultarán familiares, y les parecerá que entran en una casa antigua de Arbeteta.

Museo de Etnografía. Priego

Para visitar el Museo de Etnografía, Artes Populares y Costumbres de Priego hay que solicitarlo en la Oficina de Turismo (Plaza de los Condes de Priego, 1 Tlf: 641 14 69 78 oficinaturismopriego@gmail.com).

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EUSTOQUIO, EUSTAQUIO Y EUSTASIO

Os vamos a presentar en este nuevo post tres nombres: Eustoquio, Eustaquio y Eustasio, distintos y a la vez muy parecidos. Eran vecinos de Arbeteta y sus nombres dieron lugar a confusiones, al ser los tres de la misma época, en las últimas décadas del siglo XIX. Y por si fuera poco los nombres, los tres tienen Alonso como primer apellido. Ha habido más vecinos de Arbeteta con esos nombres, de los que ya hemos hablado en este blog, como Eustaquio Cortés y Eustasio Segovia.

San Eustaquio. Patrón de los cazadores.
San Eustaquio. Patrón de los cazadores

Es el nombre la seña de identidad de una persona, es la carta de presentación cuando se conoce a alguien, y es lo primero que se le pregunta a uno. En la época de nuestros abuelos se empleaba el santoral para poner nombres, de ahí que salieran algunos más raros de lo habitual.

Los carteros los confundían por la similitud de los nombres, los confundían a la hora del tallado para el servicio militar, e incluso, en las partidas de bautismo los confundían. Por eso, con los datos que tenemos, vamos a aclarar e identificar los tres nombres, y confirmar quien era quien.

EUSTOQUIO ALONSO GARCÍA:

Nació el 20 de noviembre de 1870. Hijo de Vicente Alonso Blasco y de Teresa García López. Es nieto de Antonio Alonso y de María Vicenta Blasco, como abuelos paternos; Francisco García Parra y Mariana López, como abuelos maternos.

Lo encontramos como quinto en el año 1889. Se casó con Inés García Rodríguez, la “tía Chirina”, y fueron padres de Felipe (1910), Tomás, Victoria (1912) y Juan (1916). Su hijo Juan contrajo matrimonio en Arbeteta con Pilar Montón, el 15 de abril de 1944. Vivía en el número 2 de la Plaza.

Eustoquio, según vemos en el Registro de Edificios y Solares de Arbeteta, de 1922, poseía media casa en la calle Unión, numero 4, constando de planta baja, principal y cámara, y adquirida por herencia, que corresponde a sus hijos políticos. Linda esta casa por frente la calle, derecha otra de Bernardino Costero, izquierda corral de Manuel Molina, y espalda tierra de labor de Olallo Guerrero. La actual calle Pregosa, en su parte alta, era entonces parte de la calle Unión, como podemos ver en el plano de 1911; la parte baja era la calle Cantarranas.

EUSTAQUIO ALONSO HERRÁIZ:

Nació el 11 de diciembre de 1878. Hijo de Pablo Alonso del Amo y de Evarista Herráiz Costero. Nieto de Carlos Alonso y de María del Amo, como abuelos paternos; José María Herráiz y Eulogia Costero, como abuelos maternos.

Fue quinto en 1897. Se casó con Segunda López López, y fueron padres de María de los Dolores Alonso López en 1908, que se casó con Pablo Costero Costero en 1927.

Vivía en la calle Bajada a la Fuente, 3. Es la casa de Arsenia Costero, su nieta. Constaba esta casa con planta baja, principal y cámara. En el Registro de Edificios y Solares de Arbeteta, de 1922, se dice que la casa fue adquirida por herencia de sus padres. Linda la casa por frente la calle, derecha otra de Pedro López, y espalda corral de Pascual Alonso.

EUSTASIO ALONSO COSTERO:

Nació el 29 de marzo de 1883. Hijo de Felipe Alonso Bachiller, año 1879 y de Antolina Costero Alonso. Nieto de Santiago Alonso y Juana Bachiller, como abuelos paternos, Isidoro Costero y Juana Alonso, como abuelos maternos.

Fue quinto en 1904, figurando erróneamente en la talla como «Eustaquio Alonso Costero». En su partida de bautismo tiene corregida la «q». Se casó con Quila del Amo López el 17 de junio de 1908. Fueron padres de Dorotea, Josefa, Antolina, Eusebia, Andrea y Amparo.

Vivía en la plaza del Santo Cristo. Según el Registro de Edificios y Solares de Arbeteta, de 1922, la casa de la Plaza del Santo Cristo fue adquirida por herencia y compra. En ese año figura que Eustasio residía entonces en Cantarranas, 6.

La vivienda de Cantarranas,6 fue adquirida, según el citado Registro, por compra privada, y constaba de seis habitaciones, principal y cámara. Lindaba a derecha callejón, frente la calle, y espalda con casa de Francisco del Amo.

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ARBETETA: CRISIS DE SUBSISTENCIAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX

Cartel anunciando la charla. Diseño de Diego Cabrera Treceño

Con este cartel que tenéis arriba se anunciaba la charla que Juan Luis López Alonso nos iba a ofrecer, en la Asociación Cultural Amigos de Arbeteta, el 17 de agosto de 2023. Los organizadores lo tenían todo preparado, pero en el último momento y debido al calor se decidió hacerlo en la iglesia: un lugar fresco, de recogimiento, para sentirnos todos más cómodos. Sin duda, el mejor lugar para hablar de nuestros antepasados.

Interior iglesia San Nicolás de Bari . Arbeteta

Muchos vecinos nos acompañaros ese día. No obstante, para todos nuestros lectores (los que no pudieron estar y los que sí) hemos querido sacar este post, como complemento de la charla, titulado «Crisis de Subsistencias en el siglo XIX».

El primer documento que se localizó sobre este tema es un protocolo datado en 1748 en el que el Concejo de Arbeteta da poder a su vecino Miguel Herráiz Alonso, para que pase a Salmerón y haga un ajuste para traer trigo a Arbeteta “esta Villa necesita abastecerse de trigo para el abasto de pan cocido para los vecinos, forasteros y trajinantes”. El Ayuntamiento de Salmerón y su Real Pósito prestan el 30 de junio de ese año 100 fanegas, mediante la correspondiente escritura de obligación. El trigo lo deben devolver a finales de agosto (dos meses) del mismo año “con medio celemín de creces cada fanega” “en atención a la estrechez y falta de trigo en que se hallan los vecinos y Pósito de Arbeteta”.

Vemos que cuando ha sido necesario se han traído granos de otros pueblos; pero las malas cosechas de 1802, 1803 y 1804 fueron comunes en todo Castilla. No había pueblo que tuviera excedentes de grano para prestar. A estos problemas se añadieron las epidemias. Estas epidemias ocasionaron que la población de Cuenca disminuyera un 11 por ciento.

La crisis agraria de subsistencias en Arbeteta, en los primeros años del siglo XIX, se juntó con las epidemias. Hemos comprobado en los Libros de Bautismos y de Difuntos, que, del 12 de junio de 1803 al 29 de agosto de 1808, hubo en Arbeteta 77 nacimientos y 187 defunciones, con una agudización de los difuntos en el mes de septiembre de 1804, en que fallecieron 65 vecinos. Vemos que en esa época Arbeteta pierde 110 habitantes, cerca de un 20 por ciento de su población.

LA TRAGEDIA DE UNA FAMILIA

Sebastián Viana era natural de Peralveche y de oficio pastor. Se casa en Arbeteta en 1783 con María Antonia Guerrero García, hija de Antonio y de María, ambos de Arbeteta, Los padres de Sebastián son Juan y María, ambos de Peralveche.

No sabemos para quien trabajó de pastor Sebastián, ni dónde ni cómo vivía en Arbeteta. Seguro que, llevando una vida muy miserable, sobre todo cuando llegaron los hijos, de los que de algunos tenemos sus nombres y años de nacimiento: María Nicolasa, 1785: Ignacia Teresa, 1789: Pedro, 1791: Juan Antonio, 1794: María Melquíades, 1797; y María Antonia, en 1801.

La vida del pastor y su familia discurre entre estrecheces. Este desgraciado gana 3 reales diarios, más el pan y un poco de tocino. Su familia necesita por lo menos, 2 hogazas diarias, de suerte que, ni aún para pan le da el jornal, surgiendo de ahí la necesidad de que trabajen la mujer y los hijos, desde que tienen 8 ó 9 años de edad… Y he aquí uno de los motivos por lo que pocos niños acudían a la escuela.

Sebastián, en vez de dormir, como otros de su oficio, mientras se amodorran las ovejas, se dedica a buscar nidos, operación en la que es un maestro, guiándose por el canto del macho de perdiz. A la hembra la caza al lazo, y los huevos del nido, cuando están buenos, los lleva a su familia…. ¡Son los únicos días del año que comen carne y huevos, él, la mujer y sus seis hijos!

Partridges engraving 1853

Consultamos el Padrón del Vecindario de Arbeteta referente al Cuaderno Último de Abonos, que se formó para el repartimiento de las Reales Contribuciones Ordinarias, de 1787. En él figura Sebastián Viana, “de oficio pastor”, con unos ingresos de 500 reales. No hay nadie en Arbeteta que gane menos que Sebastián. Su cuñado, Antonio Guerrero, también pastor, tiene unos ingresos de 1150 reales.

La vida transcurre entre la miseria, hasta que el fatídico día 18 de diciembre de 1802, en que Sebastián muere por  “ grandes heridas que en la cabeza tenía por mano airada”. “En el paraje entre términos que llaman Carro de Viana, a la vuelta de la Arrascosa”. Los alcaldes Tiburcio Mazarío y Vicente Alonso autorizan que se pueda efectuar el entierro. No sabemos más noticias del trágico asesinato.

Enfermo_agonizante

María Antonia Guerrero, la viuda, va sacando la familia con muchas dificultades, hasta la llegada del trágico año 1804. El 26 de febrero de ese año se le muere Antonio con tres años, “de pura hambre”. El 21 de marzo del mismo año fallece Juan Antonio, con diez años, “de puro hambre”, Y si las desgracias no son pocas, el 24 de marzo fallece otra hija, María Melquiades, con 7 años, de viruelas. No hemos localizado más noticias de esta familia, posiblemente emigrara de Arbeteta.

Hambruna. Vincent Van Gogh

Hay tragedias familiares similares: el 20 de abril de 1804 fallece de tercianas Francisco Pérez; el 20 de mayo del mismo año fallece su mujer, María Lucas López, también de tercianas; y el 25 de mayo del mismo año fallece de hambre, su hijo Antonio Pérez.

No parece que las autoridades de Arbeteta tomaran medidas contra el hambre, que se llevaba a muchos de sus vecinos.

AÑONACIMIENTOSFALLECIDOS
18032438
1804887
1805829
18061731
1807248
18082110

PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN ARBETETA ENTRE 1803 Y 1808:

Tercianas: 54 fallecidos, (malaria o paludismo).

Alferecía: 11 (convulsiones).

Tabardillo: 17 (fiebres).

Calenturas: 7.

De necesidad: 8, “suma pobreza”.

Hambre: 11.

Apoplejía: 3.

Viruelas: 8.

Cuartanas: 7.

Hidropesía: 6.

Garrotillo: 2.

Opresión de pecho: 6.

Lombrices: 2.

Apostemas: 1.

Mal de orina: 4.

Perlesía: 4.

Almorranas con gangrena: 1.

Fluxión de vientre: 1.

Sobreparto: 1.

“De dolores”: 1.

Como curiosidad hemos de decir que el 4 de septiembre de 1803, fallecieron en Arbeteta 4 personas en un mismo día: Joaquina García, Isabel Alcolea, Marcelina Noal y Ana María Benito. El 6 de septiembre de 1804, se repiten los 4 fallecimientos en un solo día: Josefa Alonso, Leandro Rojo, Leandro Mazarío y Manuel Cortés.

Tal fue el número de muertos en estos días, que “se enterró en la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, por no poderse en la parroquia, a causa de haber en ella muchos cadáveres de poco tiempo”.

Carretadas al cementerio

La quina fue utilizada desde el siglo XVIII para tratar eficazmente enfermedades como la malaria o paludismo. En Arbeteta nos consta el uso de la quina ya en 1770, anejado al testamento de Tiburcio Mazarío e Isabel Molina, con otros géneros de botica.

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FLORES SILVESTRES V

En este nuevo post veraniego volvemos con las flores silvestres de Arbeteta. Esta vez incluimos flores de algunos árboles, que queremos compartir con vosotros. Cuando salgáis al campo en primavera haréis bien en fijaros en su elegancia y belleza. Para evitar confusiones pondremos primero el nombre científico de la planta.

THYMUS VULGARIS (tomillo): Planta muy abundante en Arbeteta, floreciendo en abril y mayo. Planta con mucho uso culinario, farmacológico y en la elaboración de perfumes.

THYMUS VULGARIS

RUBUS ULMIFOLIUS (zarzamora): Planta cuyo fruto todos conocemos por sabroso, beneficioso y nutritivo. En Arbeteta madura a finales de agosto. Es una planta invasora, y su flor está formada por 5 pétalos redondos, casi siempre rosados, y a veces blancos. La corteza de los tallos se utilizaba para “coser” las pajas de centenos con las que se hacían cestos y escriños. Los chicos de Arbeteta cogían tallos tiernos y los pelaban, para después comérselos.

RUBUS ULMIFOLIUS

SALIX ALBA (sauce): Crece en zonas próximas a las corrientes de agua. En Arbeteta se encuentran a lo largo de los dos arroyos y en las orillas del Tajo. Su madera se llegó a usar en cestería. Tiene muchas propiedades medicinales. Las flores nacen en primavera en largos filamentos llamados amentos.

SALIX ALBA

PINUS PINASTER (pino resinero): Es el pino más abundante en Arbeteta. El pino tiene flores masculinas y femeninas en la misma planta. Florece de abril a mayo. Antiguamente el Ayuntamiento de Arbeteta contaba y conservaba zonas con pinos de gran tamaño, más grandes que los que conocemos hoy. Esos pinos eran una fuente de ingresos y se iban cortando poco a poco, sirviendo, entre otras cosas para las construcciones del Real Sitio de Aranjuez, y para la construcción del palacio de Liria de Madrid.

PINUS PINASTER

PINUS HALEPENSIS (pino carrasco): Este pino florece también de abril a mayo. Ha sido muy empleado en las repoblaciones más recientes. En Arbeteta lo vemos menos que el pinaster. Soporta bien las altas temperaturas y sequías. Su madera sólo se utiliza para la producción de celulosa, ya que el tronco no suele ser muy recto.

PINUS HALEPENSIS

POPULUS ALBA (chopo): Árbol que todos conocemos. Ha sido cultivado y apreciado por su rápido crecimiento y su madera. Se plantaba en zonas húmedas cerca de ríos y arroyos. Sus flores se hallan agrupadas en amentos (inflorescencia en forma de racimo, característico de chopos y sauces). En Arbeteta los vemos a lo largo de los dos arroyos.

POPULUS ALBA

QUERCUS ILEX (encina): Árbol al que también denominaos chaparro en su fase más joven. En Arbeteta la encontramos en el oeste y norte del término municipal. Florece entre abril y mayo. Las flores son de color dorado. Tiene flores masculinas y femeninas, siendo las masculinas las más visibles, y las femeninas las que producen las bellotas. De ahí el refrán: “encina con moco, en la montanera da poco”. El “moco” son las flores masculinas.

QUERCUS ILEX

EUPHORIA SERRATA (lechitrezna): Llamada en Arbeteta lechitrezna. Crece en praderas y borde de los caminos. Florece en abril y mayo con flores hermafroditas. Todas las partes de la planta contienen un látex blanco, de donde viene su nombre vulgar, por el parecido a la leche. Es planta bastante tóxica. Su látex es irritante para la piel, y se ponía repetidas veces sobre las verrugas para que desaparecieran.

EUPHORIA SERRATA

ARCTOSTAPHYLOS / UVA-URSI (gayuba): Tanto el nombre griego como el latino significan uva de oso. Es una planta rastrera, siempre verde, que en Arbeteta la vemos debajo de los chaparros o encinas. Las flores son blanquecinas y rosáceas, agrupadas en racimos en forma de copa. Florece de abril a junio, y tiene numerosos usos, mayoritariamente medicinales.

ARCTOSTAPHYLOS / UVA-URSI

LITHODORA FRUTICOSA (asperón): Es un pequeño arbusto que llega a 1 metro, con tallo muy ramificado. En Arbeteta lo hemos encontrado en la Hoya del Palancar y en la ladera de la Cabeza del Gallo. Las flores son de un intenso azul-violeta. Se la denomina también hierba de las 7 sangrías, porque era utilizada por los antiguos cirujanos para practicar las sangrías que realizaban con fines curativos. “El que toma asperón no tiene alta la tensión”, dice el refrán de la sierra de Cuenca.

LITHODORA FRUTICOSA

ERODIUM (Alfilerillos)Su nombre científico quiere decir “garza”, por la semejanza que tiene el fruto de esta planta con el pico del ave. Se denomina también agujas de pastor. Tiene las flores agrupadas con cinco pétalos roas y azulados. Es una excelente planta forrajera, que ha sido utilizada con fines medicinales (astringente, diurética, sudorífica…etc.). Existe un gran número de especies de esta familia. En Arbeteta hemos localizado e identificado estas tres:

ERODIUM CICONIUM
ERODIUM CICUTARIUM

ERODIUM MALACOIDES

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¿SIGÜENZA O MOLINA?

En este post vamos a contaros como nuestro ilustre hidalgo D. Baltasar Carrillo litiga contra otros vecinos de Arbeteta ante el Consejo de Castilla.

¿Sigüenza o Molina? con esta pregunta nos referiremos a las distancias que hay desde Arbeteta a la Villa de Molina o a la Ciudad de Sigüenza en 1799. Diremos que entonces Molina era Villa, no había conseguido todavía el título de Ciudad. La distancia actual por carretera es de 65´9 km a Sigüenza; y de 74´7 a Molina.

Especificamos el año porque entonces no había las carreteras de hoy, y los caminos discurrían por pueblos que nos cuesta imaginar. La distancia de Arbeteta a ambas localidades nos la darán distintos testigos de un pleito[1]. De los pleitos se sacan cosas interesantes, y los vecinos de Arbeteta eran muy dados a pleitos en esa época.

Arbeteta cuenta en 1795 con 156 vecinos, cerca de 800 habitantes. Uno de ellos es D. Baltasar Carrillo, dueño de la fábrica de vidrio, que denuncia ante el Consejo de Castilla:

 “Que de algunos años a esta parte, y principalmente en los últimos, han amañado y dispuesto las cosas, tan conformes a sus ideas de mando, dominación, y particulares fines e intereses, algunos vecinos de la misma Villa, que han conseguido reunir y estancar en sí y sus parciales, para lograrles todos los oficios de república en las familias de los Molinas, Garcías y Mazaríos, y algunos otros que se conforman servilmente (…) resultando de esta reprobada coligación y monopolio, el verse subyugados los demás vecinos por la partida dominante.”

Valtablado del Río , desde Arbeteta «una legua»

Ante esta denuncia, el bando contrario se defiende de su convecino Carrillo, al que acusan de que, llevado de su orgullo, prepotencia y poderío, les ha acusado falsamente. Por ello, el Consejo de Castilla, ha mandado una Real Provisión en la que se manda que “el Juez de Letras Realengo más cercano a Arbeteta”, reasuma la Jurisdicción, es decir, se haga cargo del Ayuntamiento, y averigüe los hechos. Pero ahí viene el problema. Baltasar Carrillo había recusado previamente al Alcalde Mayor de Brihuega, por lo que le interesaba que fuese D. Agustín de Suinaga, Corregidor de Molina. La otra parte no quería que Baltasar se saliese con la suya, y eran favorables que fuese el Alcalde Mayor de Sigüenza, pues alegaban que esta Ciudad se encontraba más próxima a Arbeteta. Veamos lo que declara Baltasar Carrillo:

 “…El hecho de estar la Villa de Molina a mayor distancia de esta de Arbeteta que la Ciudad de Sigüenza, y aun de Huete, en las que hay también Jueces de Letras Realengos, es cosa notoria, pública e indubitable, como que los vecinos trajinantes de esta misma Villa van de cargado a Sigüenza en un solo día, y para Molina gastan dos días, o, cuando menos, día y medio en los días largos del año”.

“…La distancia que hay desde la dicha Villa de mi vecindario a la de Molina, y la que media desde la propia Villa de Arbeteta a la Ciudad de Sigüenza, declarando los testigos, si es cierto  que desde dicha población de Arbeteta a la Villa de Zaorejas hay 4 leguas cortas, y desde ella a Molina, 5 regulares, que todas hacen 9; y si es cierto, que desde dicho Arbeteta a dicha Sigüenza median otras 9: 1 de Arbeteta a Valtablado, otra a Oter, otra a Canredondo, y 2 a Renales, 1 a Laranueva, otra a Fuensaviñán, y 2 largas a Sigüenza; y que las 3 que se asientan de Arbeteta a Canredondo son tan largas como las 4 que median desde dicho Arbeteta a esta Villa de Zaorejas.”

Renales: de Canredondo a Renales «dos leguas»

Intervienen en el pleito como testigos, Manuel Benito, Santiago Costero, y Antonio Rodríguez menor, que declaran:

En el pleito interviene y declara Manuel Martínez, vecino de Zaorejas, que “con motivo de haber servido la plaza de miliciano por esta Villa de Zaorejas, sabe que, en la capital de la Ciudad de Sigüenza, a los milicianos[2] de la Villa de Arbeteta por el Regimiento, se les paga y abona el pro (prest)[3] y calzado de 9 leguas, como el testigo por sí ha visto, y no duda, que si hubiera un cuarto de legua menos de las 9, que se cuentan de Arbeteta a Sigüenza, no se les pagarían los 9 cuartos de calzado y 2 prest y medio. Y por el contrario, aunque sean las leguas 10, siempre se les pagaría lo mismo, según la Ordenanza. Que la Villa de Arbeteta no dista más de Molina que 9 leguas, las 5 regulares y 4 muy cortas.

Laranueva queda entre Renales y Fuensaviñan

Los dos alcaldes de Arbeteta son ese año de 1799, Julián García, como alcalde decano, y Joaquín Alonso, como alcalde segundo. Ambos son contrarios a Baltasar Carrillo. En esos días Julián García, único alcalde por enfermedad de su compañero, declara que:

Fuensaviñan: de Renales a Fuensaviñan una legua
Placa instalada en Fuensaviñan

“Que con motivo de su ejercicio de arrieros que han sido, han trajinado por la Villa de Molina, la Ciudad de Sigüenza y Huete, y por lo mismo, saben y les consta de cierta ciencia, que desde la Villa de Molina desde esta Villa, hay 9 leguas de esta forma: 4 leguas a la Villa de Zaorejas, 2 a Torrecilla, y 1 a Molina, muy largas, tanto, que de cargado se gastan dos días, y en tiempo largo día y medio.

El Rebollar camino de Sigüenza a 1/2 legua

E igualmente hay a la Ciudad de Sigüenza 8 leguas no largas, y se cuentan en la forma siguiente: una de esta Villa a la de Valtablado; de ésta a Oter, otra; a Canredondo, otra; dos a Renales, una a la Fuensaviñán y dos a la Ciudad de Sigüenza. Y de cargado se viene en un día a esta Villa desde la referida Ciudad de Sigüenza. Y la de Huete se halla a la misma distancia, con corta diferencia que la Villa de Molina”.

El castillo de la Torresaviñan, vigilante del camino de Sigúenza.

El Consejo de Castilla resolvió lo más fácil, habida las influencias de Carrillo. En esa época el Corregimiento era único para Atienza y Molina, y lo desempeñaba D. Juan Agustín de Suinaga, muy bien relacionado en Atienza con la familia de Baltasar Carrillo: Juan Antonio Lozano Manrique, su Cuñado; y Baltasar Carrillo Lozano, su hijo. Se decantan por Molina.

El 22 de marzo de 1799, el Corregidor de Molina, D. Juan Agustín de Suinaga, aprueba y acepta la comisión. El 16 de abril se encuentra ya en Arbeteta. Instala su Audiencia y comprueba que ambos Alcaldes y el escribano Tomás Montón son cómplices y que conspiran contra él y su Audiencia, por lo que decide:

Pelegrina se contempla a la izquierda del camino de Sigüenza

“Mando suspender todo procedimiento y que se retire la Audiencia, y remitan estas Diligencias al Supremo Consejo de Castilla, a quien hace presente, que si su suprema, no robustece a cualquier Comisionado con facultades amplísimas, y especialmente la de venir acompañado de tropa.”

Ya vemos cómo se las gastaban nuestros antepasados, que eran de “genios duros”.

Hemos de decir que el camino a Sigüenza no coincidía con la actual carretera hasta Renales, iba por un camino de herradura del que no quedan señales. Hemos recorrido el camino por carretera desde Arbeteta, Valtablado, por Ocentejo, Sacecorbo, Abánades, y Renales, hasta llegar a Sigüenza. Hemos empleado 15 horas en tres etapas. Pensamos que los arrieros de entonces estaban en buena forma física y podían hacer en un día la ruta de Sigüenza. Pero ¿y la de Molina?, en otra ocasión.

LLegando a Sigüenza

[1] AHN. CONSEJOS-31141, Exp. 13

[2] Eran milicianos del Regimiento Provincial de Milicias, establecido en Sigüenza.

[3] El prest era el socorro diario que se daba a los soldados para su manutención.

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