En este nuevo post del mes de febrero nos vamos a trasladar al fatídico 13 de mayo de 1985, cuando una terrible tormenta descargó un rayo sobre la torre de Arbeteta, coronada, como todos sabéis, por una veleta con la figura de un granadero, popularmente conocida como el Mambrú, emblema de nuestro pueblo.
Tenemos la suerte de contar con este viejo recorte del periódico LA PRENSA ALCARREÑA que nos describe con todo lujo de detalle la noticia después de este trágico accidente.
En la foto de más abajo nos encontramos con un vecino que ya no está con nosotros y que muchos de nuestros lectores reconocerán, Hilario Tellez, «el tío Perchos» que con ojos de tristeza nos señala como ha quedado la torre después del incendio.
Pero volvamos a la historia que nos ocupa, una vez apagado el incendio que provocó el rayo y repuestos del susto, los vecinos que se encontraban en ese momento en el pueblo pudieron ver la auténtica desgracia de la torre. » El Mambrú» estaba en el suelo destrozado, de nuestro granadero sólo quedaba la cabeza, como vemos en la foto, el rayo consiguió lo que no pudieron los hombres.
Hemos de decir que el Mambrú era y es el alma de Arbeteta y que sus vecinos siempre lo han llevado en su corazón, hasta el punto que los naturales de Arbeteta han sido motejados como “mambrús” por los habitantes de los pueblos comarcanos. Por ello los enemigos del pueblo era lógico que la tomasen con él.
En medio de los lamentos de los vecinos, José Pèrez Alonso con su innata curiosidad, se acerca a los restos y descubre que hay en la cabeza unas pequeñas bolas incrustadas en la madera forrada con chapa, que han pasado desapercibidas al resto de los vecinos y como si de un cirujano se tratase, las saca con mucho cuidado con la ayuda de un destornillador. Al ser de plomo, pensó que podían ser balas, así que se las quedó a modo de recuerdo. Cuando nos las mostró no tardamos en identificarlas: eran balas de fusil de ánima lisa.
En la última guerra civil nos cuentan que el Mambrú fue tiroteado, pero los fusiles de entonces utilizaban balas como las que conocemos hoy, al ser los fusiles de ánima rayada. Entonces para desentrañar el problema, procedimos a su medición, comprobando y concluyendo que las balas, pese a encontrarse deformadas, eran de un fusil con un calibre de 17’5 mm. ¿Qué tropas utilizaban un fusil de ánima lisa con un calibre de 17’5 mm?.
Desde la construcción de la torre e instalación de la veleta del Mambrú, las tropas que pasaron por el pueblo que pudieron portar este tipo de armas fueron los franceses y los carlistas; descartados los segundos, sólo nos queda la intervención de los franceses, máxime cuando tenemos noticias del saqueo y ocupación de Arbeteta el 27 de noviembre de 1811. Los franceses tenían motivos para invadir y saquear Arbeteta, al ser uno de los centros de almacenamiento de municiones y bastimentos de la 5ª División del 2º Ejército, llamada también División del Empecinado.
El ejército español utilizaba el fusil modelo 1802 de 18 mm. Los fusiles ingleses que se utilizaron en la Guerra de la Independencia eran del calibre 19 mm., salvo el famoso rifle Baker que era de 15’6 mm y cañón rayado. Descartados estos fusiles sólo nos queda el fusil del ejército francés con el que estaban dotadas sus tropas, conocido como modelo 1777 y calibre 17’5 mm. Las características técnicas del fusil eran las siguientes:
Longitud del arma: 1.520 mm. Peso con bayoneta: 5,079 Kg. Munición: bala redonda de plomo de 16,5 mm aproximadamente, con un peso de unos 22 gramos.Velocidad media de disparo: 3 disparos por minuto.Alcance con precisión: 200 metros.Alcance máximo: 1.000 metros.
En uno de los viajes que hemos realizamos por el corazón de Francia encontramos en la casa fuerte de Reignac, en el Perigord, las ya famosas balas para fusiles del calibre 17’5, que os las presentamos en la fotografía adjunta. Recomendamos a los lectores, si alguna vez viajan a Francia, esa región francesa en sus varias denominaciones turísticas: Perigord Verde, Blanco, Negro y Púrpura. Toda la región se encuentra llena de cuevas prehistóricas y fabulosos castillos.
Una de las mayores satisfacciones que tenemos en este blog es contar con colaboradores desinteresados que nos cuentan sus experiencias y nos presentan sus descubrimientos. Para este viaje en el tiempo vamos a poner unas líneas de agradecimiento a José Pérez Alonso que ha hecho posible este pequeño capítulo de la historia de Arbeteta.
Mi agradecimiento por esa información histórica, Tan detallada para mi ignorancia de armamentos. Un saludo, Fabriciano López Blasco.
Muy ilustrativo el artículo…
Os ánimo a que sigáis vuestra labor investigadora.
Muchas gracias por vuestra dedicación.
Un abrazo.
Maricarmen
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