CAMINO DE PRIEGO

“Si no te gusta, María,

el mayo que te han echado,

vete camino de Priego,

que te hagan uno de barro”.

Era el 30 de abril, y en Arbeteta se cantaba esta cancioncilla con los mayos. En ella ya se reflejaba la importancia de la cerámica de Priego, tan presente en la vida cotidiana de Arbeteta. No solamente era el barro de sus alfarerías, con sus pucheros, barreños, ollas, orzas, botijos y cántaros, sino también las tinajas, tinajillas y tinillos de sus tinajeros. Junto al barro, había otro sector importante para Arbeteta en Priego, era el textil, especialmente el lanero, del que iremos viendo algunos ejemplos más adelante.

Tinillo

En 1956, en los últimos años de su esplendor, se contabilizaban en Priego 26 alfarerías con 54 alfareros y el tinajero Liborio del Castillo. A ellos se unían en el sector del barro los hermanos tejeros Esteban Luna y Agapito Luna. Los alfareros pricenses hicieron que su trabajo fuese una seña de identidad de Priego.

Fuente de la plaza. Priego

ROMANCE AL ALFARERO DE PRIEGO 

«El Tío Maxi» (Maximino Carchenilla González)

“Hay una pieza señera
que yo quiero destacar
y es el Cántaro de Priego
con toques de identidad.

Espiguillas y caracoles,
decorados con almagre,
entre líneas onduladas,
 paralelas y espirales”.

La cerámica de Priego es fácilmente reconocible por su decoración circular concéntrica pintada con almagre, similar a la cerámica ibérica, especialmente los cántaros. Esta cerámica se realiza casi siempre sin vidriar, salvo los botijos de invierno, decorados con “gajos”.

Botijo verano
botijo invierno

Si, había botijos de verano y botijos de invierno, que todos hemos conocido: los de verano, blancos, que hacen que su superficie porosa funcione como la piel humana que deja salir el sudor para refrescarse; los de invierno eran vidriados, que al no transpirar como los de verano, conseguían que no se helara el agua. El botijo de verano, el blanco, mantenía el agua fresca y saludable que no provocaba dolor de garganta.

Los pucheros, ollas y orzas estaban vidriados por dentro para que no rezumasen. También estaba vidriado otro objeto que hemos conocido en Arbeteta, el calorífero. Esta pieza tenía forma de tonel con un tapón, que se llenaba de agua caliente y se introducía en la cama para y calentarla en las noches heladoras del invierno.

Calorífero

En Priego había numerosos vecinos a los que denominaban cargueros, que se dedicaban a vender las piezas sueltas por los pueblos de Cuenca y Guadalajara. Uno de estos cargueros era “el tío Miguel”, que semanalmente se presentaba en Arbeteta con su borriquillo y angarillas en los años 40 y 50. Traía variedad de género y los encargos de la semana anterior. Era un hombre “callado y formal” y algunas veces bajaba a Valtablado del Río. En estas ocasiones se quedaba a dormir en Arbeteta, en la posada de la tía Consolación.

En el viaje de Arbeteta a Priego se echaban ”7 horas sin dormirte”, según nos contaba Fabriciano ,por lo que se solía hacer la vuelta en el mismo día. Desde Arbeteta salía el camino por la peña de la Puerta, continuando por el camino del Recuenco hasta el Roble de la Cruz, y desde allí era todo carretera hasta Priego.

Los años 40 eran años de escasez y hambre. Pedro López estudiaba entonces en el seminario de Cuenca, y su padre, Mariano, entregaba todas las semanas un pan de 2 libras al “tío Miguel”, que lo llevaba a Priego y lo entregaba al conductor de “La Catalana”, el autobús que diariamente unía Priego con Cuenca. El pan llegaba a Cuenca, donde lo recogía “la tía Justina” (Justina Blanco, prima del tío Periquillo, Pedro Alonso Martínez, de Arbeteta) y se lo llevaba al seminario, donde Pedro lo recogía con la alegría que podemos imaginar.

La tía Justina, la de Cuenca, tenía un hermano en Priego, “el tío Pepe”, que vivía en la plaza, junto al Ayuntamiento, en la esquina de la calle que va a la iglesia. Era hombre bondadoso y hospitalario, en su casa tenían comida y cama muchos vecinos de Arbeteta cuando iban a Priego.

Antonio Costero, “el tío Guarranga” iba de Arbeteta a Priego antes de la guerra, y cargaba sus mulas con “cacharros” de barro. A la vuelta pasaba por Vindel, donde vendía parte de la mercancía. El resto los vendía en el portal de su casa en la calle Real, número 11, de Arbeteta.

Además de los viajes que van referidos, los vecinos de Arbeteta también iban a Priego los días de mercado y feria, donde llevaban sus excedentes y compraban al trueque otros productos necesarios. Todo ello nos hace ver la dureza de los tiempos y las penurias de los vecinos de Arbeteta, que no eran distintas de las de los vecinos de otros pueblos.

Días de mercado. Priego

Aprovechamos estas líneas para recomendar a los vecinos de Arbeteta que cuando visiten Priego vayan a ver el museo Etnográfico de Artes Populares y Costumbres, situado en la Casa Pareja. En él verán piezas de alfarería, lana, mimbre, gancheros, herramientas y utensilios, que les resultarán familiares, y les parecerá que entran en una casa antigua de Arbeteta.

Museo de Etnografía. Priego

Para visitar el Museo de Etnografía, Artes Populares y Costumbres de Priego hay que solicitarlo en la Oficina de Turismo (Plaza de los Condes de Priego, 1 Tlf: 641 14 69 78 oficinaturismopriego@gmail.com).

Esta entrada fue publicada en Historia. Guarda el enlace permanente.

3 Responses to CAMINO DE PRIEGO

  1. Avatar de Jesús Parra Luna Jesús Parra Luna dice:

    Hola, soy Jesús Parra Luna, alfarero de Priego y hago visitas a Priego con taller de alfarería.Os un voto al pueblo de Arbeteta, a una visita guiada,.

    tlf. 664423105 un saludo

  2. Avatar de Amparo Machado Amparo Machado dice:

    Tampoco estaría mal crear un museo Etnográfico de Artes Populares y Costumbres en Arbeteta. Probablemente entre todos los hijos de Arbeteta se podrían reunir muchos objetos y muebles para crear un ambiente tipico.
    Gracias por esta página de historia, que se une a todas las otras ya publicadas por nuestros incansables y tenaces escritores: Juan Luis y Lourdes.

Replica a Juan Luis y Lourdes Cancelar la respuesta