Rafael López : Castigo y temor a la Justicia. Arbeteta 1.790 – 1.795

Pequeño prisionero. Francisco de Goya. Año 1778-1818

En este nuevo post que os presentamos trataremos sobre la dureza con que se aplicaba la ley en el Antiguo Régimen. Para aclararlo nos servirán unos ejemplos que mostraremos de Arbeteta. Decía el Corregidor de Guadalajara, Jerónimo Castillo de Bovadilla (1547-1605), que “la ejecución de la justicia engendra miedo, y el miedo aparta los malos pensamientos y refrena las malas obras”.

En esa época la aplicación de la ley tenía como objeto el castigo del culpable y el escarmiento del inocente. Con estos casos comprobaremos el temor a la ley y la ausencia de proporcionalidad entre la culpabilidad y el castigo o pena impuesta. Otro aspecto a destacar es la publicidad de la pena, requisito indispensable para que ésta produjese el efecto intimidatorio. La prisión por deudas era una de las penas privativas de libertad más frecuentes en el Antiguo Régimen. Esta pena suponía el ingreso  en la cárcel,  (como se verá, con cadena y grilletes) por el impago de una pequeña deuda.

Cuando el curioso lector pone en el buscador Google “villadearbeteta” nos aparece en los primeros resultados de búsqueda el titulado Rafael López, vecino y labrador de la Villa de Arbeteta, ubicado en el Portal de Archivos Europeos, procedente del Archivo Histórico Nacional.  ¿Pero quién era Rafael López?  Intentaremos aclararlo.

Rafael López nació en Arbeteta en torno a 1730 y fue dos veces Alcalde de Arbeteta.   Fue nombrado, como “sujeto de probidad en 1795 por el Intendente de Cuenca, para ejercer de Comisario de Gobierno de Puestos Públicos, es decir, inspector de las tiendas y tabernas municipales, para controlar su administración.  España en ese periodo en el que vivió nuestro paisano estuvo gobernada por   Carlos IV.

Hemos localizado a Rafael López en el Padrón del Vecindario de Arbeteta referente al Cuaderno de Abonos que se forma en el pueblo para el repartimiento de las Reales Contribuciones Ordinarias de 1787. En él figura como labrador, con unos ingresos anuales de 1.050 reales de vellón, y 2.200 reales de su rendimiento industrial. De ello se infiere que Rafael es un regular labrador y tiene ingresos superiores al compaginar la agricultura con la arriería.

Espoleados por la curiosidad hacia nuestro paisano visitamos el  Archivo Histórico Nacional para averiguar su historia. En él localizamos el documento de referencia (AHN. CONSEJOS, 27678, Exp 73) en el que se nos dice que en los primeros días de 1790,  Rafael se dirige a Trillo y allí, ante el escribano y 3 testigos otorga un Poder a Jorge Gil Junco y a Francisco Cipriano de Ortega, ambos del Supremo Consejo de Castilla, para que en su nombre soliciten una Real Provisión de dicho Consejo para poder aplazar el pago de granos que adeuda. Solicita poder pagar la mitad con la recogida de la cosecha en agosto de ese año 1790, y la otra mitad el mismo mes de 1791. Dice ser labrador de yunta y media de mular  (3 mulas), con tierras propias y arrendadas, y que “con la serie sucesiva de hielos y otras calamidades en aquellas tierras han sido muy escasas las cosechas de sus granos, y ha contraído algunas deudas”. ¿Cuáles eran las deudas? El Protocolo nos lo dice. Obsérvese la geografía de sus acreedores:

  • A Agustín Sáez, de Salmerón, 700 reales del resto del pago por dos mulos que le compró.
  • A Francisco Vicente Serrano, de Zaragoza, 910 reales y 30 maravedís, procedentes de una porción de suela (cuero vacuno curtido) que le condujo con sus caballerías.
  • A herederos de Gabriel Herráiz, de El Recuenco, 937 reales y medio, producto de 4 cargas de vidrieras.

El total de la deuda asciende a 2.548 reales, y como los plazos han cumplido, se teme Rafael la ejecución forzosa, que conllevaría su ingreso en prisión y el embargo de sus bienes. Aunque dice que tiene con qué pagar, “el compelerle a ello le traería graves desacomodos y notables atrasos en sus labores de campo, y faltarle para los precisos alimentos de su mujer y familia”, no quiere les cause perjuicio a sus acreedores y estén de acuerdo con el aplazamiento.

Una escena de la prisión. Francisco de Goya .1808-1814

El 19 de abril de 1790, el Supremo Consejo de Castilla contesta y emite la Real Provisión en la que se afirma la satisfacción de los acreedores por el aplazamiento y la concesión de la moratoria, mandando a la Justicia de Arbeteta haga cumplir y guardar la Real Provisión.

Hemos visto que las deudas de Rafael proceden de sus negocios de arriería. Para los préstamos de grano los vecinos de Arbeteta tenían el Real Pósito. Mirando en los libros del Pósito vemos que Rafael solicitó en el año agrícola 1786-87, 17 fanegas de trigo, y en el año 1787-88, 19 fanegas.

Hemos de suponer que Rafael López pagó a sus acreedores en los plazos establecidos, pero no pasan muchos años, cuando en 1795 se ve implicado en una pequeña deuda de 43 reales a un vecino de Castilforte, de manera que uno de los alcaldes ordinarios de Arbeteta, Julián García Asenjo, le pone en la cárcel de la Villa con cadena y grilletes, y lo demás que leeréis pinchando en las dos hojas adjuntas.

Pero ¿por qué ese tratamiento del Alcalde a Rafael? Nos inclinamos a dos motivos: uno, por ser inspector de los abastos; y el otro, lo encontramos en un pleito de 1798 (Baltasar Antonio Carrillo, sobre huecos y parentescos para oficios de república y otras cosas. Archivo Histórico Nacional. CONSEJOS, 31141, Exp 13). Nos cuenta nuestro vecino Baltasar A. Carrillo: “Que de algunos años a esta parte, y principalmente en los últimos, han amañado y dispuesto las cosas tan conforme a sus ideas de mando, dominación y particulares fines e intereses, algunos vecinos de la misma Villa, que han conseguido reunir y estancar en sí y sus parciales, para lograrles todos los oficios de república en las familias de los Molinas, Garcías y Mazaríos, y algunas otras que se conforman servilmente con las insinuaciones y designios de ellas, resultando de esta reprobada coligación y monopolio el verse subyugados los demás vecinos […] de que dieron la mejor prueba hará tres años, poco más o menos, en el recurso que hicieron a la Chancillería del territorio (Granada) Rafael López y consortes, vecinos de dicha Villa para que se mandase observar en ella la Ley del Reino, que prohíbe sirvan los oficios de república los que sean entre sí parientes dentro del 4º grado.”   

Antigua cárcel. Edificio del Ayuntamiento. En la actualidad casa rural .

 

 

 

 

 

 

 

Como hemos podido ver, los vecinos de Arbeteta se encontraban muy divididos y de ahí que algunos ejercieran la justicia de manera vengativa, como sufrió nuestro protagonista Rafael López.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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5 respuestas a Rafael López : Castigo y temor a la Justicia. Arbeteta 1.790 – 1.795

  1. wakeupmowa dijo:

    enhorabuena por vuestros reportajes… La abuela de mi abuelo era de Arbeteta (se llamaba Teresa Gaitor)… y todo lo que leo sobre esta tierra, me encanta¡

  2. Rafael dijo:

    Muchas felicidades por vuestros trabajos son muy interesantes el saber de nuestra tierra.

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