Médicos, Cirujanos, Veterinarios y Boticarios

En esta  entrada queremos  contaros como era  la sanidad en Arbeteta en los siglos XVIII, XIX y principios del XX,  así como las historias y los nombres de estos profesionales que dan titulo a este nuevo post.

Pascal-Adolphe-Jean-Dagnan-Bouveret - An Accident, 1879

Pascal-Adolphe-Jean-Dagnan-Bouveret – An Accident, 1879

La sanidad  era muy distinta de  la que conocemos en la actualidad, sobre todo en el mundo rural que era ciertamente  precaria. Se encontraba basada en estos profesionales: médicos, cirujanos, veterinarios y boticarios. El  Ayuntamiento era el encargado de realizar los contratos y daba potestad  a una comisión de vecinos para elegir a un médico de otros lugares. La contratación se aprobaba  por mayoría en reunión del Concejo. Hubo tiempos en los que se hacía sin la presencia del público, dado que estos Concejos llegaron a ser tumultuosos, y hubo de recurrirse a que el acuerdo lo tomaran la Comisión.

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Anuncio del Boletín Oficial de la Provincia de una plaza vacante en la Villa de Arbeteta y su remuneración. 20 de julio de 1879

El sistema garantizaba que el sanitario se mantuviese en la villa durante el tiempo establecido en el contrato, que solía ser de 4 años, renovables con acuerdo entre las partes. Por parte del médico se realizaba una Escritura de Obligación ante un escribano. En esa Escritura se ponían una serie de condiciones a las que se encontraba obligado el médico, estipulando la paga del facultativo y el modo de cobrarla. De manera similar se hacía Escritura de Obligación con cirujano, veterinario y boticario. El pago de estos profesionales se realizaba con fondos de Propios y Arbitrios, y por repartimiento vecinal.  El Ayuntamiento pagaba directamente por los vecinos declarados formalmente “pobres de solemnidad”. El resto de los vecinos pagaban directamente en la era en grano, una vez realizada la trilla.

Las Escrituras de Obligación del médico solían presentar como mínimo estas condiciones:

  • Debía visitar diariamente a los enfermos en sus domicilios.
  • No podía pasar la noche fuera de la villa sin permiso del Concejo.
  • Estaba libre de cargas, gabelas, adras, etc., no entrando en los repartos vecinales.
  • El Ayuntamiento le conseguía casa o le pagaba el alquiler.
  • Tiene asiento en el Ayuntamiento.
  • Si está enfermo más de 15 días, debe buscar un sustituto de satisfacción del Ayuntamiento.
  • Debe avisar al Ayuntamiento dos meses antes de trasladarse.
  • Se estipula el dinero y el grano que debe cobrar.

Durante el siglo XVIII hay constancia oficial de la figura del médico titular como profesional que trabaja en exclusiva para la Villa como funcionario facultativo. Sus obligaciones consistían en «asistir a los enfermos y enfermas vecinos, naturales y habitantes que les llamen de día o de noche» cobrando por cada visita, a excepción de los pobres, y donde procediera. En 1754 tenemos ejerciendo a Ramón Torres. Su hijo Carlos, del que hablaremos en otra ocasión, nació en Arbeteta. En 1.770 se encontraba ejerciendo en Jadraque.el-nino-enfermo-1896

Médico importante para el pueblo en el futuro fue Vicente Blasco Aparicio, natural de Romanos (Zaragoza). Ejerció su oficio en torno a 1.780 y se casó con Teresa López, de Arbeteta. Después ejerció en Valdeolivas y Yélamos de Arriba. De su matrimonio nacieron varios hijos que han traspasado el apellido Blasco en Arbeteta hasta la actualidad. Uno de ellos, Ramón Blasco López fue teniente en la guerra de la Independencia, actuando en 4 campañas y 20 acciones de guerra contra los franceses, siempre en las tropas que comandaba D. Juan Martín, El Empecinado.

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En esa época también hubo médicos naturales de Arbeteta, entre los que destaca Manuel Bayo Arribas. Para conocer algo de él, veamos lo que dice en 1.759 D. Francisco de Borja Toledo y Briones, Rector de la Universidad de Alcalá y Estudio General: “Que conoce a Manuel Bayo, médico de la Ciudad de Guadalajara, mediante la vista y trato desde hace 16 años. Es natural de Arbeteta, de la Diócesis de Cuenca, y que es de edad de 35 años, poco más o menos (…) es mozo honesto y recogido, de buena vida y costumbres, nada torpe ni escandaloso, por lo que contemplo tiene mérito de recibir en esta Universidad el Grado de Licenciado que pretende, en la Facultad de Medicina”. Con posterioridad recibe el Auto de Aprobación: “…habiendo visto las informaciones de gente moribus de vista y otras cualidades del bachiller D. Manuel Bayo, natural de Arbeteta, de la Diócesis de Cuenca, y médico en la Ciudad de Guadalajara, dijo que aprobaba y aprobó (…) y mandó que los originales se pongan donde toca, y lo firmó su Señoría.” El testigo Santiago López dijo de él: “…es sujeto honesto y recogido, de buena vida y costumbres y de mucha habilidad en su facultad, por el mucho acierto en las enfermedades, lo que es público y notorio en la Ciudad de Guadalajara donde ejerce.”

Ya en el siglo XIX encontramos otro paisano natural de Arbeteta, José Doroteo Martínez Gutiérrez, alumno del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos, en Madrid. Es cirujano de 3ª clase y ejerce en Madrid. Su Expediente (1.835-37). (AHN. UNIVERSIDADES, 1225, Exp 47).

En Arbeteta ejercerá otro insigne médico, D. Blas Gallego, entre los años 1.827-1.835, aproximadamente. Era natural de Atienza y se casó con Mª Isabel Molina, de Arbeteta. En nuestro pueblo tuvieron varios hijos: Marcelina (1.828), Ramón Nonato (1.830)[1], Saturnina Gregoria (1.832) y Daniel (1.835). Después de ejercer en Arbeteta se trasladó a Jadraque, donde continuó ejerciendo hasta la década de 1870, dejando su apellido a generaciones de habitantes de dicho pueblo.

En 1.850 el cirujano titular de Arbeteta tenía una dotación anual de 400 reales y 200 fanegas de trigo. De la dotación del médico tenemos noticias que en 1.880 el Ayuntamiento pagaba por la asistencia de las familias pobres 75 pesetas, que solían ser de 8 a 10. El resto de los vecinos, unos 140, se ajustaban con el médico a razón de 15 celemines anuales por vecino, que se pagaban en la propia era. Además de los vecinos, había una farmacia y cuartel de la Guardia Civil con sus familias, que también requerían ajuste para su atención médica.

En la circunferencia del pueblo había otros pueblos a menos de dos leguas que no contaban con médico y se tenían que ajustar con el de Arbeteta. El caso del veterinario era similar. Cobraba en la era 12 celemines por cada par de mulas, y tres celemines por cada caballería menor. Se podía contratar con los pueblos limítrofes: El Recuenco, Villanueva, Armallones y Valtablado del Río.

Pero también vamos a hablaros de otros profesionales relacionados con la salud: los comerciantes y trajinantes en géneros de botica. El sector de la arriería era muy importante en Arbeteta, veamos algunos ejemplos:

En el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1.752, nos encontramos a Gerónimo García Molina que con un macho se dedica a la compra-venta de géneros de botica, con una ganancia de 1.440 reales anuales. En ese mismo Catastro encontramos a Julián Martínez Blanco, Manuel Costero y Francisco Molina, que se dedicaban al mismo tráfico, llegando con sus géneros en sus machos, incluso hasta Galicia.

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Localidades a las que se suministraba género de botica. Castilla-León. Siglo XVIII

Anexado al testamento de Tiburcio Mazarío e Isabel Molina, naturales y vecinos de Arbeteta, en 1.770, se encuentra una relación de pueblos, todos de Castilla la Vieja y León, a cuyos boticarios les era suministrado los géneros de botica.

Enumeraremos, a modo de ejemplo algunos de ellos: bálsamo de perubión, esperma de ballena, tártaro vitriolo, coca, cinabrio, quina, raíz de Bejunquillo, leche de Michoacán, sal de Saturno, díctamo de Creta, raíz de China (ginseng)  y flor de azufre (para la sarna).

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Géneros de bótica

Durante la Guerra de la Independencia es boticario de Arbeteta con Real Aprobación José Terraza. Presenta recibos de las medicinas suministradas a las tropas provinciales  ante la Junta Superior de Armamento, Gobierno y Defensa de Guadalajara. La Junta determina el 10 de octubre de 1.811 que se pasen los recibos a contaduría para que se legitimen y se libre la cantidad por la tesorería.

En 1.780 el boticario de Arbeteta se llama Antonio Julián. Después de llevar más de 20 años de boticario en la villa, el Ayuntamiento no le renueva el contrato,  no  avisándole con el tiempo suficiente para encontrar otro municipio. Por ello demanda al Ayuntamiento y exige el pago debido (AHN CONSEJOS 31376, exp4).

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Anuncio el el Boletín Oficial de la Provincia de una vacante de Boticario . Año 1919

En 1.879 nos encontramos regentando la farmacia de Arbeteta a Juan Antonio García. Seguirá más de 20 años y ocupará como vecino cargos en el Ayuntamiento. En 1904 le sustituye Segundo Batanero, natural de Trillo, hermano de D. Valentín Batanero, cura de Trillo. Continúa hasta 1.919. En ese año el Alcalde de Arbeteta, Salvador Pérez (el Tío Salvador), publica en el Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara, la vacante de la plaza de farmacéutico. No tenemos conocimiento de otros farmacéuticos posteriores.

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Copia del homenaje que recibió Félix Mañas en 1.934 por F. Gordón Ordás,   y que publica La Semana Veterinaria.

La plaza de veterinario la ocupa en 1.879 Eusebio Cucharero. En 1.884 encontramos a un ilustre veterinario, Félix Mañas Alonso, que permanecerá unos 40 años en Arbeteta, curando mulos y sanando ovejas. Tuvo tres hijos en Arbeteta. Uno de ellos, Anastasio Mañas Gil, fue maestro herrador en diversos regimientos de Zaragoza. Los mozos de Arbeteta que hacían la mili en Zaragoza siempre le tenían que agradecer su buen trato y atención. Fuera el mozo que fuera del pueblo, él los buscaba y procuraba colocarlo, y que sus paisanos estuviesen bien atendidos (“era divino”, comenta uno de ellos), llegándoles a ofrecer su casa. Los mozos le visitaban en su casa como si fuese un familiar más que tenían en Zaragoza. Los mozos de los años 50 no olvidarán a Anastasio ni a doña Julia, su mujer. A su padre Félix Mañas lo encontramos todavía ejerciendo en Nombreca (Toledo), en 1933.

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veterinario

Anuncio el el Boletín Oficial de la Provincia de una vacante de Veterinario . Año 1884

Durante la Guerra Civil y en los años 40 estuvo ejerciendo de veterinario, Daniel Viana, de Peralveche  para sucederle en los años 50  Antonio Borreguero   que fue el último veterinario que ocupo la plaza en Arbeteta.

Para terminar vamos a a enumerar a los últimos médicos que vivieron en Arbeteta. En este periodo los médicos estaban  menos tiempo, cambiando a una plaza mejor retribuida. En 1.883 encontramos a Leandro Uruñuela. Al año siguiente se encuentra Felipe García, que seguirá hasta 1.888. Le sucede el 1.897 Santiago Mazarío, que estará hasta 1.901. Hasta 1.904 estará Julián Herráiz. Desde ese año ejercerá Juan Béjar, que lo sigue haciendo en 1.911. En los primeros años de la Segunda República llega el cordobés Gabriel Medina Morillo, de ideas izquierdistas, que deja el pueblo sobre 1.935 tras algunos enfrentamientos. Le sustituye Paulino de la Guardia, natural de Miedes de Atienza,  y que tiene que abandonar Arbeteta en los primeros días de la guerra para salvar la vida. No volverá, se instalará en Jadraque, donde ejercerá. Durante un tiempo ejerció un familiar de Toribio Martínez Rojo “el Tío Toribio” de El Recuenco, llamado Pedro, que atendía Arbeteta desde ese pueblo. En los años 40 ejercieron:

Julio Nieto Veloso, nació en 1896 en la localidad de Tábara (Zamora). Ejerció de médico en Arbeteta en los años 1943-44. Denunció al cabo primero jefe de puesto de la Guardia Civil de Arbeteta, Sustituto Sedeño Martínez, por malos tratos a un vecino . Por este caso, y otra denuncia por injurias al cabo Sedeño, tuvo problemas al ser acusado por denuncia falsa y ser detenido por la Guardia Civil, que le tenían controlado: “…aunque no se puede precisar el partido político a que pertenece, de los antecedentes que obran en este puesto, se determina de una manera clara, es de ideas socialistas, completamente ateo, y al parecer capitanea a la totalidad de los elementos marxistas de los pueblos que visita.”

El sistema de «igualas», fue  muy popular en España, facilitó el desarrollo, a finales del siglo XIX y principios del XX, de pequeñas mutuas y «cajas de enfermedades», siguiendo el ejemplo del sistema alemán desarrollado por Bismarck y basado en la contribución, mediante cuotas mensuales a cargo de empresarios y trabajadores. Estas mutuas fueron el germen de la evolución posterior.

1947 - Contrato de igualado

Contrato de iguala 1947

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Iguala médica.- 1949

Después de la guerra civil, el gobierno estableció, en el año 1942, El Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE) , con una filosofía derivada directamente de las antiguas cajas de enfermedad, centradas  principalmente en la curación de los trabajadores, sin tener en cuenta ni la medicina preventiva ni la sanidad ambiental.   En el SOE los profesionales sanitarios se regían a nivel retributivo por el método clásico de las igualas;  los médicos cobraban según un cupo definido de «familias», según las «cartillas» que tuvieran adscritas; dichas cartillas eran el documento en el que constaban los beneficiarios, el trabajador y su familia,  atendiendo en un primer momento en su propio domicilio a los pacientes (médico de familia), para posteriormente desarrollarse una red de consultorios públicos.

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Consultorio médico en la actualidad 2015

En los años 50 tenemos a Federico Bachiller, natural de Pastrana. Terminamos en los 60 con José María Madrigal Fernández-Roldán que fue el último médico que vivió en Arbeteta. Los médicos que ha habido con posterioridad en la villa tenían y tienen  su residencia en otros pueblos.

Siempre hay historias humanas detrás de cada facultativo, que no tenemos espacio para contar, otros  no hemos nombrado por desconocimiento. Sólo nos queda agradecer la atención que todos ellos dispensaron a nuestros antepasados.

[1] Expediente académico de Ramón Nonato Gallego Molina, (1850-1858), alumno de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central. Natural de Arbeteta (Guadalajara). Licenciado en Farmacia. Documentos anejos: Partida de bautismo. Certificación académica. Certificado de prácticas. Correspondencia. Certificado médico. (AHN.  UNIVERSIDADES, 1059, Exp.3).

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5 respuestas a Médicos, Cirujanos, Veterinarios y Boticarios

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  4. Manuel Mañas dijo:

    Qué bonito leer tanto material. Mi nombre es Manuel Mañas y soy nieto de Anastasio Mañas y bisnieto de Félix Mañas, veterinario de Arbeteta durante cuarenta años. Anastasio y Julia fallecieron en Logroño, en donde nací yo.

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