En este primer post del año os vamos a contar como sobrevivió a la Guerra Civil, la escultura del Cristo que tenemos en la iglesia de nuestro pueblo, y que todos los años preside y sale en procesión durante la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre. Seguro que algunos de nuestros lectores de más edad se habrán hecho esta misma pregunta. Vamos a tratar esta época que resulto tan trágica para la historia de España, porque hemos localizado unos documentos que creemos interesantes para la historia de Arbeteta.

Al comienzo de la guerra el Gobierno de la República crea la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico . Desde ese momento y hasta el final de la guerra, los miembros de dicha Junta trabajaron en la protección del patrimonio histórico-artístico, visitando palacios e iglesias donde se tenía conocimiento de la existencia de obras de arte, que examinaban, catalogaban e inventariaban, recomendando el traslado a lugares más seguros.
Esta Junta realizó el traslado de las obras del Museo del Prado del que todos hemos oído hablar. Las obras eran recogidas por técnicos auxiliares, que levantaban un “Acta de Incautación” por triplicado: una, para la entidad que ocupaba el edificio; otra, para el Ministerio de Instrucción Pública; y la tercera, para el Archivo de la Junta. Las obras que se incautaban se guardaban en grandes depósitos de Madrid que garantizaban su seguridad.
En el caso de Arbeteta nada más comenzar la guerra, un grupo de milicianos destruyeron el retablo de la iglesia, el órgano, archivos, ornamentos y mobiliario. Pero no destruyeron todo, ya que algunos vecinos se encargaron de retirar y esconder varias cosas del templo, como veremos, entre ellas el Cristo y la Cruz Procesional sobre las que trataremos en este post. Los distintos objetos salvados se protegieron en un principio en viviendas particulares y en las instalaciones municipales.
En Madrid, y provincias limítrofes como Guadalajara, trabajaron para la Junta un equipo de técnicos, tres de sus principales miembros levantan el Acta de Incautación de Arbeteta: Vidal Arroyo Medina, Manuel Álvarez Laviada y Fernando Gallego. El primero era pintor, vecino de Toledo y concejal de esa ciudad por Izquierda Republicana; el segundo era escultor, primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1930, siendo su obra más conocida el monumento a Manolete en la ciudad de Córdoba (1956); el tercero, era arquitecto y fotógrafo para la referida Junta y solía fotografiar todas las obras de arte incautadas. En el caso de las obras de Arbeteta, se almacenaron en el Museo Arqueológico de la calle Serrano en Madrid.
Como una imagen vale más que mil palabras os adjuntamos el Acta de Incautación del 9 de septiembre de 1938, donde podéis ver la clasificación, descripción de lo incautado y destino. Aparecen también los nombre de los 3 técnicos citados arriba. Decir que el Alcalde de Arbeteta era en esos momentos Cesáreo Blasco, aunque accidentalmente firme Manuel Alonso, el tío “Manolillo”.
El Cristo y los demás objetos permanecieron en Madrid hasta el final de la guerra en los depósitos del Museo Arqueológico, que dependen ahora, una vez terminada la guerra, de la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional de la Dirección General de Bellas Artes, que comunica al Ayuntamiento de Arbeteta que pueden retirar los objetos de la Iglesia.

En 1940 el Alcalde de Arbeteta es Manuel Montón y tiene que buscar una persona de confianza para que recoja las obras de la Iglesia que se hallan en Museo Arqueológico de Madrid. Lo encuentra en Florentino García del Amo . El 27 de mayo de 1940, el Alcalde Manuel Montón firma un justificante en el que “se autoriza al portador de la presente, para que recoja los objetos pertenecientes a la Iglesia de esta localidad, que se reseñan en la adjunta factura”.
Ese mismo día, también el cura de la parroquial, Anselmo Díaz Álvarez, firma otro justificante en el que autoriza “al portador de éste para que se haga cargo de los objetos pertenecientes a la Iglesia de Arbeteta, y que se detallan en la adjunta factura, que según la presente comunicación ya están clasificados”.
El 31 de mayo de 1940, Florentino García del Amo, en representación del Ayuntamiento de Arbeteta, comunica a la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, «que teniendo noticia de que existen en el depósito del Museo Arqueológico los objetos que se relacionan en documento adjunto, y a cargo de dicha Comisaría, solicita se sirva disponer para que le sean devueltos, con arreglo a las disposiciones de la orden del 31 de mayo de 1939″.
Curiosamente el recibo de entrega que vemos arriba, tiene fecha de 23 de abril de 1940 y es firmado el recibí por Florentino García del Amo. No sabemos a qué se debe ese baile de fechas, porque primero se hace la entrega y después las autorizaciones. Pero lo importante es que el Cristo y los objetos de la Iglesia volvieron a Arbeteta, y son los que contemplamos todos los años en la procesión del 14 de septiembre.
Os preguntaréis ¿quién era Florentino García del Amo?, ese hombre de confianza del alcalde y del párroco. Aunque no tenemos documentos que lo acrediten, creemos que vivía en Madrid, lo que facilitaba todas las gestiones realizadas con los objetos custodiados. Lo que si sabemos es de su familia en Arbeteta, era hijo de Romualdo García y de Victoria del Amo (la “tía Pacosa”, hermana del tío Martín, el marido de la tía Bruna). También era hermano de Santiago García del Amo, “el Patano”, casado con Inés, de Armallones, al que vimos como el último habitante de la Casilla en el post de las carreteras de la Casilla y Valtablado.
Impresionante, una vez más. Soy un adicto a las historias de la Guerra Civil y desconocía que estos bienes hubieran sido custodiados en el MAN. Qué gran trabajo ¡GRACIAS!
No se hace referencia a la Virgen, San Antonio etc.
Que vicisitudes tuvieron? Tenéis alguna info?
Gracias
La Hermandad de San Antonio se creó en 1942 pero la imagen no se compró hasta 1958, siendo cura del pueblo D. Angel Frías. En cambio la imagen de la Inmaculada Concepción es anterior a la guerra, se salvó porque la escondieron los vecinos del pueblo.
Un saludo